Pacoche, una bella reserva natural a 50 minutos de Manta
En la costa ecuatoriana, Manta ofrece múltiples atractivos que constituyen un imán para el turismo nacional e internacional. A los alrededores de este importante puerto, se puede disfrutar de playas, excelente gastronomía, islas, paseos en bote para el avistamiento de ballenas y más.
Durante los últimos años también ha tomado impulso el turismo de aventura y ecológico, y para estos destinos existe un espacio muy especial: el Refugio de Vida Silvestre y Marino Pacoche.
El lugar debe su nombre a las colinas que lo rodean. Dentro del área típicamente seca y árida de este refugio, designado así por el Ministerio del Ambiente, se encuentra una zona con verdor y vida animal.
Si piensa visitar este destino ecuatoriano de ora y fauna, puede hacerlo tomando un vuelo desde Quito hasta Manta (50 minutos), y desde el aeropuerto Eloy Alfaro opte por la ruta E5 hacia el Sur, pasando por la comuna El Aromo, hasta llegar al ingreso del área protegida. Este trayecto de 46 km toma alrededor de 50 minutos desde la capital manabita.
Pacoche fue creada en el año 2008 y cuenta con 5.045 hectáreas terrestres y 8.500 hectáreas marino costeras. Posee ora y fauna endémica de Manabí: caña guadúa, laurel, guaba, higuerón, cafetal y paja toquilla, con que se tejen los famosos sombreros del mismo nombre, tan característicos de Montecristi.
La fauna la componen ardillas, pericos, venados, monos aulladores, micos, conejos, venados, tigrillos, zorros, pericos ligeros, culebras, guacharacas, palomas, loros y otras aves menores. En el área marina se encuentran mamíferos como la ballena jorobada y delfines.
Este refugio se ha convertido en uno de los destinos favoritos del aviturismo (observación de aves) debido a la gran cantidad de pájaros que habitan en los senderos llamados El Faro y Pasaje del Mono, de 1 y 1,5 km cada uno. Una visita guiada es lo más apropiado para disfrutar al máximo de esta zona.
Pacoche genera las condiciones adecuadas para albergar bosques secos y otros ligeramente más húmedos, llamados bosques de garúa. Además, durante los meses de septiembre a diciembre es posible ver la anidación de tortugas y su posterior eclosión. Con algo de suerte, el visitante observará a las pequeñas tortuguitas dirigirse al mar.
Actividades como el buceo, natación, caminatas, paseos en canoa y bicicletas son recomendables en esta área, por lo cual es importante contar con calzado cómodo, repelente y traje de baño.