anita arias 25 7 17Con sus brillantes ojos verdes, Anita Arias ilumina su rostro al hablar de TAME EP. Se emociona y recuerda el inicio de las operaciones de la aerolínea en Puerto Ayora, isla Santa Cruz, en Galápagos. Antes, dice entre risas, nos comunicábamos por una radio gigante con el aeropuerto o con la oficina matriz de Quito. “No había tanta tecnología y teníamos que esperar a que nos contesten, gritábamos en códigos y cruzábamos los dedos para que no haya problemas”.

Cuando ingresó a la Empresa lo hizo como recepcionista de pasajeros; “fue hace 28 años”, dice tras un suspiro. Las anécdotas son muchas pero hay algunos detalles que recuerda con claridad. “Cuando comencé a trabajar en TAME EP la emisión de boletos se hacía manualmente. Nos mandaban la lista de pasajeros dos días antes del vuelo y como ellos ya sabían venían y hacían largas filas para recibir sus pasajes; cuando vendíamos, escribíamos en una especie de talonario los nombres de los clientes. Nuestra súplica era que no nos hayamos olvidado de ninguno”.

Si la lista no llegaba, cuenta Anita, los pasajeros los querían linchar. En esa época había solamente un vuelo a la semana por lo que les tocaba hacer milagros; eran solo dos personas que contaban con dos máquinas de escribir. TAME EP se modernizó y con los nuevos procesos la esperanza es que con un buen impulso se puedan ampliar los destinos.

Cuando no había tantos autos en la isla, el personal de la aerolínea tenía que hacer peripecias para llegar al aeropuerto, ubicado en Baltra. Ambas islas están separadas por un pequeño canal de agua. “Íbamos en un camioncito pidiendo que no se dañe porque llevábamos las listas de pasajeros, los pases de abordar que tenían distintos colores: los verdes para los extranjeros; los morados para los colonos; los rojos para los turistas nacionales y, los validadores… era un bolso gigante”.

Las cosas han cambiado mucho. Actualmente nuestra compañera es más que la persona encargada de vender los boletos, su conocimiento de la gente de la isla y de los sitios turísticos de Galápagos la ha convertido en una especie de agente de turismo. Al recibir a los pasajeros conversa con ellos, les cuenta sobre los atractivos del lugar promocionando su ciudad natal o a sus coterráneos les invita a visitar otras ciudades fuera de Quito o Guayaquil.

Desde agosto del 2007 se desempeña como supervisora de ventas en la compañía de su corazón. “Debemos ir más lejos y vamos por buen camino. Estoy segura de que TAME EP seguirá creciendo porque somos más que una familia; somos la mejor Empresa del Ecuador.”

En sus ratos libres, en las noches de luna o cuando está nostálgica, Anita escribe poemas, incluso tiene uno para TAME EP. Pronto tiene previsto publicar un libro con todo su trabajo.

Escrito por: Dalia Montalvo