
Gabriela Gancino, es una de nuestras Tripulantes de Cabina de Pasajeros, lleva casi 4 años trabajando en TAME EP, Empresa a la que cataloga como todo ya que aquí aprendió a trabajar en equipo, supo que es compañerismo y ama su trabajo, dice ser parte de un grupo que con esfuerzo y dedicación contribuye a sacar adelante la Aerolínea de Bandera, esto le da identidad y como ecuatoriana se siente orgullosa al ser parte de ello.
Cuando tenía 16 años quedó huérfana de madre; su padre nunca estuvo presente en su vida por lo que junto a su hermana mayor obtuvieron el cobijo de sus abuelos, quienes cumplieron el rol de padres y son ellos a quienes, dice, ama, respeta y tiene mucha gratitud.
A pesar de que para muchos puede parecer que Gabriela llevó una adolescencia difícil, no fue así, pues el amor que recibió por parte de su actual familia fue primordial. Además su pasión por el deporte cubrió cualquier vacío que pudiera existir. Desde los 8 años comenzó a practicar patinaje sobre ruedas y con el pasar del tiempo se decidió por el patinaje artístico, actividad que lastimosamente en Ecuador no es muy común por lo cual encontró varios obstáculos que, con constancia pudo vencer.
Participó en el Primer Campeonato Sudamericano de Hielo en Argentina, donde se hizo acreedora al segundo lugar en la categoría free style. En ese torneo TAME EP fue un gran soporte ya que las autoridades de turno, le dieron apertura para que pueda conjugar sus horarios de vuelo con los entrenamientos, los mismos que ameritan de 4 a 5 horas diarias para estar en óptimas condiciones de participar en un evento de este tipo.
Considera que todo deporte ayuda a mantener un estilo de vida sano, fortalece el carácter de manera disciplinada, pero sobre todo crea un equilibrio que contribuye a llevar un estilo de vida placentero.
Con mucha satisfacción nos cuenta una grata experiencia al cumplir sus actividades de vuelo, ya que en una ocasión tuvo que solventar una emergencia médica, la misma que con la colaboración de sus compañeros terminó con buenos resultados. Se trató de un preinfarto, cómo reaccionar, qué hacer, pues nuestras tripulaciones están totalmente capacitadas para ello. Sin embargo, ante el incidente su satisfacción llegó cuando la nieta del pasajero auxiliado se le acercó y le entregó una cadenita con el dije de una virgen como gratitud a su actitud.
Para finalizar nos comenta que a cada persona la vida le llega de diferente manera, “así que lo único que puedo decir es que vivan intensamente sus días y no dejen de hacerlo, que se arriesguen y cumplan sus sueños, que amen profundamente y que pase lo que pase sigan adelante”.


Escrito por María Fernanda Muñoz
Gabriela Gancino: La vida es una pista sueños